AFINS nace de la inquietud de un grupo de famílias que se unieron con un objetivo común: aprender sobre las altas capacidades para facilitar a sus hijos las herramientas necesarias para tener un desarrollo armónico teniendo en cuenta sus características particulares.
Las famílias integrantes de AFINS partimos de un hecho que consideramos importante no olvidar en ningún momento: nuestros hijos son, por encima de todo, tan sólo niños y, como tales, tienen las mismas necesidades afectivas y emocionales que cualquier otro niño.
AFINS es una Asociación de Famílias de Niños Superdotados, independiente y sin ánimo de lucro, que regula su funcionamiento y actividades de acuerdo con sus estatutos y con la Ley de Asociaciones 7/1997 de fecha 18 de junio (D.O.G.C. 2423, 1.7.97).
La actividad más importante de AFINS es la que se lleva a cabo en el “Esplai”, siguiendo la tradición de educación en el tiempo libre hecha en Cataluña.
Las actividades del “Esplai” se organizan en forma de diversos talleres, con actividades especialmente diseñadas por el equipo de asesores internos con el apoyo de los monitores que trabajan directamente con los niños.
Crear un espacio de relación para estos niños y sus hermanos, un espacio donde los padres puedan, además, compartir experiencias y hacer un “banco de recursos”
Recopilar información sobre las altas capacidades tanto en la vertiente psicológica como en la pedagógica
Concienciar a las administraciones públicas a dar respuesta clara y efectiva a las necesidades especiales de educación que comportan las altas capacidades
Sensibilizar a la sociedad sobre las especificidades de la superdotación, no sólo desde un punto de vista académico, sinó también humano
En relación con estos términos, debemos tener en cuenta que Altas Capacidades (AA.CC.) es el término genérico que engloba a todo tipo de niños/as con algún tipo de talento o superdotación.
No es el mismo tener algún tipo de talento que ser un niño/a superdotado, ni podemos confundir el término genérico AA.CC. con sólo superdotación. Para diferenciar entre los diferentes tipos de AA.CC., los psicólogos y pedagogos disponemos de una serie de baremos que se obtienen mediante la realización de tests de aptitudes intelectuales y de creatividad, junto con la valoración del historial evolutivo del niño/a.
Cada niño/a con superdotación es todo un mundo, y hay mucha diversidad entre cada uno de ellos. Además, debemos tener en cuenta que también existen varias teorías sobre la superdotación. De todos modos, la teoría que más se está siguiendo todo el mundo (y también aquí en Cataluña) suele ser la del psicólogo estadounidense Joseph Renzulli, pues es la que consideramos más práctica a la hora de intervenir educativamente y por diferenciar entre superdotación y otros talentos, y que, resumida, dice así:
«El hecho de ser superdotado conlleva la posesión de tres conjuntos básicos de características estrechamente relacionadas y con igual énfasis en cada una de ellas:
La capacidad intelectual superior a la media. Era el requisito que se pedía antiguamente para hacer las detecciones.
Un alto grado de compromiso con el trabajo. Esto representa la energía aportada al trabajo oa un área de actuación específica, es decir, la perseverancia, la confianza en sí mismo y la creencia en la habilidad que se tiene para hacer trabajos.
Alto nivel de creatividad. Se entiende por creatividad la originalidad del pensamiento y los planteamientos de los problemas, el ingenio constructivo, la habilidad para dejar de lado convencionalismos y procedimientos establecidos cuando no son apropiados, y el don para idear proyectos efectivos y originales.
Por tanto, según Renzulli como la mayor parte de expertos, los niños superdotados muestran una capacidad superior a la media, evidenciando una alta productividad y un elevado rendimiento escolar. Tienen un alto nivel de creatividad: son originales, poco corrientes y muestran un alto grado de dedicación a las tareas, ya que son capaces de verter una gran cantidad de energía en la resolución de problemas o la realización de una actividad. Se caracterizan también por un alto nivel de perseverancia, son personas que tienen una gran energía vital, que pueden llevar diferentes proyectos a la vez, son observadores, abiertos, y muy sensibles. También tienen un nivel elevado en otros aspectos cognitivos, como memoria, percepción, atención y una elevada predisposición para el aprendizaje. Muestran posibilidad de realizar los aprendizajes en un tiempo menor que el de sus compañeros de la misma edad, ya la vez son capaces de un mayor nivel de profundidad, es decir, mayor número de contenidos y de relación entre ellos.
Según Castelló y Martínez (1998), el perfil conductual suele presentar una característica básica, la flexibilidad, es decir, una buena manera de tratar cualquier tipo de información o forma de procesar la información.
Suelen tener niveles óptimos de autoestima, confianza en sí mismos, y debido a su inteligencia social y emocional pocas veces tienen problemas con sus compañeros, aunque muestran cierta tendencia a ser independientes del grupo y en seguir sus propios criterios .
El diagnóstico propiamente dicho (evaluación de las altas capacidades más los rasgos de personalidad y aspectos de intervención) sólo puede hacerlo un profesional de la psicología o psicopedagogía que esté especializado en altas capacidades intelectuales.
Igualmente, los pedagogos (que también deben ser expertos en este tema) pueden hacer lo que se denomina «diagnóstico pedagógico», que consiste en efectuar un diagnóstico sobre todos los aspectos que intervienen en el aprendizaje y que permitirán conocer a la alumno para orientarlo adecuadamente en todas las actividades que conforman el aprendizaje.
De todos modos, tanto los padres como los profesores son los que suelen darse cuenta en primer lugar de que su hijo / alumno tiene una serie de características evolutivas y de aprendizaje diferentes. A esto le llamamos hacer una «predetecció». Pero para asegurarse de si este hijo / alumno tiene o no tiene algún tipo de AA. CC. debe derivarse al niño / a, como hemos dicho, a un profesional acostumbrado a tratar con este tipo de alumnos, pues si no, se corre el riesgo de hacer un diagnóstico erróneo.
Debido al hecho de que hay un elevado porcentaje de niños / as con AA.CC. que son precoces, muchas veces los padres o pediatras o maestros observan ya los pocos meses de vida (como decíamos antes) que se desarrollan a un ritmo más rápido y activan recursos mentales antes que sus compañeros en el proceso de maduración. Sin embargo no puede considerarse como un diagnóstico definitivo, pues podría tratarse de un caso de precocidad (física o intelectual o ambas). Hay ciertos expertos que comentan que, en realidad, hasta la adolescencia, cuando el cerebro y las interconexiones neuronales ya están casi formados del todo, no se puede saber con seguridad qué tipo de altas capacidades tiene determinado alumno. Sin embargo, hay que diagnosticar y actuar educativamente lo antes posible para no frustrar el posible talento o superdotación.
Los tests actuales nos permiten detectar si hay indicios de AA. CC. ya a partir de los dos años y medio de vida, aunque no nos dirán exactamente de qué tipo de AA. CC. se trata, pero al menos ya podremos empezar a preparar el futuro educativo del alumno.
Por tanto, la respuesta a esta pregunta es: «cuanto antes, mejor».
Como comentábamos en la pregunta anterior, la detección precoz nos permite preparar las intervenciones educativas especiales que requerirá este niño / a para darle los retos intelectuales que necesita para mantener la motivación hacia el aprendizaje y evitar así posibles futuros problemas escolares (bajo rendimiento, etc.) o personales.
Es evidente que existe un sustrato genético en las AA.CC. Esto quiere decir que un niño / a nace con un potencial, sólo que las potencialidades intelectuales se desarrollarán en función de los estímulos, demandas e interacciones con el ambiente.
Las AA.CC. se manifiestan a lo largo de la infancia, mientras el niño está evolucionando y formándose. Este es el período en que podemos detectarlas mejor, pues es cuando podemos comprobar con fiabilidad la desviación típica que manifiesta el niño / a respecto a la media de sus compañeros de la misma edad cronológica, aspecto que, en la edad adulta, ya queda bastante más difuminado.
Respecto a esta cuestión, existe disparidad de opiniones. De todos modos, lo que está claro es que el potencial intelectual existe y existirá a lo largo de toda la vida. El problema es si este potencial se va trabajando o no. Si se trabaja, se irá desarrollando más y más a medida que crecemos. Si no se trabaja, permanecerá aburrido («aletargado»). Pero la discusión está en cuando queremos volver a recuperarlo después de mucho tiempo de no usarlo. De todos modos, en la actualidad podemos ser optimistas, pues los últimos estudios neuropsicológicos parece que apuntan hacia la posibilidad muy real de que las neuronas se pueden regenerar o recrear, es decir, crecer o formarse de nuevo, con lo cual, con un poco de esfuerzo, siempre podremos volver a aprovecharnos del potencial que tenemos, y esto vale tanto para las personas con AA.CC. como por las que no tienen.
Evidentemente, sobre todo en los casos de talentos simples, pues entonces se tiene un potencial sólo para un área en concreto, mientras que el resto puede encontrarse en torno a la media esperable para el resto de la población o incluso por debajo. Por ejemplo, es bastante común que un niño con un talento matemático necesite incluso de refuerzo en asignaturas de lengua. Y al revés, que un talento verbal necesite de refuerzo en matemáticas.
De ninguna manera son iguales. «Cada niño es un mundo», y esto vale tanto para los niños con AA.CC. como para los que no tienen. Este alumnado no es un grupo uniforme, ni existe un perfil único. Debido a su gran diversidad, no se puede generalizar, pero sí se pueden observar algunas de las siguientes características:
Presentan una inteligencia excepcional por la facilidad y rapidez para aprender, combinar y utilizar conocimientos.
Aprenden rápidamente, con poca práctica, temas más avanzados de lo que correspondería a su edad.
Altos niveles de pensamiento crítico y autocrítico. Alta tendencia al perfeccionismo.
Cuestionan, a veces, los métodos de enseñanza y se resisten a las tareas repetitivas.
Hacen aportaciones poco usuales y profundas en los debates en el aula.
Para las conversaciones y los debates, prefieren la compañía de los más grandes y los adultos.
Les gusta más el trabajo individualizado que el grupo. Confían en sí mismos, se muestran seguros, y son independientes.
Se interesan muy pronto por temas de los grandes: cuestiones de actualidad, el universo, la ecología, el tiempo, el sentido de la vida y la muerte…
Los libros escolares los encuentran elementales. Ellos tienen amplitud de intereses.
Suelen descubrir las relaciones inusuales, antes que las convencionales.
Parece que los pueda faltar atención, concentración e incluso interés, pero cuando se les pregunta, se comprueba que están al corriente de todo.
Socialmente, se relacionan bien con niños más grandes y, si lo hacen con más pequeños, adoptan el rol de protector.
Tienen un gran sentido del humor.
Elevada sensibilidad: tienen empatía con los demás y deseo de ser aceptados. Les afectan las críticas a su persona o el rechazo de sus compañeros. Esperan que los demás tengan valores similares. Necesitan el éxito y el reconocimiento y tienen miedo al fracaso.
Perseverancia: si las actividades son de su interés, desafían todas las dificultades, no ceden. Son obstinados y tenaces.
Sensación de sentirse diferentes: tienen recelo de compartir sus intereses con los demás, y miedo a no encontrar interlocutores válidos.
Inconformismo: no dejan de preguntarse hasta que tiene sentido claro y lógico lo que les cuentan. Se marcan hitos muy altas.
Rechazan la repetición, la rutina y la autoridad impositiva. Manifiestan aburrimiento. Rechazan, a veces, las órdenes que vienen de sus superiores.
Cuestionan la autoridad si no está justificada y también los métodos de enseñanza, quieren organizar el trabajo escolar a su manera.
Los alumnos con AA.CC. presentan problemas de conducta cuando no están estimulados de forma conveniente a su potencialidad o no son reconocidos como alumnos de altas capacidades. Entonces pueden manifestar agresividad verbal y física, se muestran rebeldes, o bien pasivos, viviendo entonces en un mundo de fantasía, evitan la gente, no se defienden…
Un estudiante con AA.CC. no detectado puede ser porque su rendimiento sea simplemente inferior y llegue a hacer que su potencial pase desapercibido. Esto quiere decir que fracasan respecto a su propio potencial.
Lo más común cuando no es detectado y, por tanto, no recibe los retos intelectuales que necesita ni se le practica la adaptación educativa necesaria, es que este alumno se desmotive, se vuelva perezoso, tenga problemas de comportamiento o, todo, de personalidad. Hay estudios que incluso relacionan este hecho con diversos trastornos psicológicos (de conducta, de personalidad, de ansiedad, depresiones, etc.).